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El Acompañamiento Terapéutico, se da en un espacio de escucha, de diálogo, de creación, de sostén, de marco, . . ., todo ello jugado entre el arteterapeutizando, el arteterapeuta, los materiales y la obra artística, la cual sirve de muestrario al imaginario, esa parte subconsciente que aflora, se vislumbra y se transforma de cada persona.

Mi deriva, me lleva a pensar, que lo que se genera en el Arteterapia, es un Déjà Vu, una espiral marcada por el poder de cambio, la ambigüedad, contradicción y paradoja, que, aunque se repitan acciones, piezas, bocetos de una vida, cada una tiene una voluntad diferente y un sentido único.

Poder observar y tomar conciencia de ello, nos permite buscar nuestro santuario, un espacio seguro, sin juicio, un terreno de juego, que nos permita embarcarnos en un viaje a la búsqueda permanente de un sistema de pensamiento y acción estética.